Este fin de semana largo nos hemos cogido la autocaravana -que ya había ganas- y nos hemos escapado para la Comunidad Valenciana a disfrutar de las temperaturas tan buenas que nos está regalando este otoño. El viaje iba a ser tipo relámpago porque, además, el sábado por la mañana lo teníamos que pasar el Elche, para llevar a la autocaravana al taller donde la habíamos comprado, lo que nos marcaba de forma muy fija los tiempos y nos dejaba sólo un día para estar en Valencia, lo que nos obligaba a elegir lo que queríamos hacer. En realidad, Valencia es una ciudad por la que hemos pasado y seguiremos pasando a menudo, por lo que gustosamente volveremos para seguir descubriéndola con las peques.
Saliendo de Granada el jueves por la tarde, la idea era llegar por la noche a a ciudad, haciendo una paradita intermedia en Murcia para estirar las piernas y comer algo. El problema era que en todos los foros de autocaravanas encontrábamos comentarios sobre la inseguridad de pernoctar en Valencia, especialmente en las inmediaciones de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Nosotros no solemos preocuparnos mucho, pero era tan abrumadora la información en este sentido que preferimos seguir los consejos de otros viajeros y pasar la noche en El Saler, a 8 km de la capital y en plena Albufera. Hay allí camping y un área para autocaravanas con todos los servicios para cambiar y recargar aguas, donde pensamos en pasar la noche, sin embargo, tienen hora de cierre a las 21 h. y, aunque por teléfono nos dijeron muy amablemente que podrían esperarnos hasta las 12 porque era la noche de Halloween, íbamos a llegar más tarde y decidimos avisarles para que no nos esperaran, que nos sabía mal. Sin embargo, encontramos por el pueblo una zona tranquila donde pernoctar. Y lo cierto es que la zona me encantó y estoy deseando volver a pasar por allí con mas tiempo para pasear por el parque natural o recorrerlo en bici o barca.
A la mañana siguiente nos fuimos a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, con la intención de visitar el Oceanográfico. La Ciudad, de un espectacular atractivo arquitectónico y ubicada al final del antiguo cauce del río Turia, se compone de varios edificios:
- Hemisferic: sala de proyecciones de cine IMAX y planetario, con proyecciones diarias de documentales y películas en 3D, incluidas sesiones infantiles.
- Museo de las Ciencias Príncipe Felipe: museo interactivo de ciencia.
- L’ Umbracle: Paseo ajardinado con esculturas muy agradable, bajo el cual se ubica el aparcamiento, donde antes dejaban pernoctar a autocaravanas, pero ya no.
- Oceanográfico :el acuario oceanográfico más grande de Europa.
- Palacio de las Artes Reina Sofía: dedicado a la música y las artes escénicas.
- Puente de l’Assut de l’Or
- Ágora: plaza cubierta donde se realizan eventos musicales y deportivos.
Por nuestra limitación de tiempo, nuestra visita la íbamos a dedicar a lo que nos parecía más atractivo para las niñas: el oceanográfico. El Museo de las Ciencias, que debe ser muy interesante y divertido para los peques, lo descartamos en esta ocasión porque ya en casa visitamos muy a menudo el Parque de las Ciencias y podíamos dejarlo para otra próxima visita. Lo que sí habíamos pensado era ver la sesión infantil de cine en el Hemisferic, que constaba de dos proyecciones, una sobre Tortugas y otra basada en El Principito. Sin embargo, no conseguimos entradas, por lo que os recomiendo que las reservéis con antelación.
Por suerte, el Oceanográfico no nos defraudó: el mayor acuario de Europa, con distintos pabellones dedicados a los diferentes espacios del planeta: Mediterráneo, Humedales, Ártico, Antártico, Océanos, Islas, Tropicales. Bien merece dedicarle un día completo para contemplar sin prisas las diferentes especies marinas: los simpáticos pingüinos (los favoritos de mis peques), el espectáculo de delfines, la belleza de las belugas, los temidos tiburones y los coloridos tropicales entre los que buscar a Nemo y Dori.
La arquitectura del entono y la vegetación presente invitan a disfrutar de los exteriores tanto como del interior de los pabellones. además, es posible realizar actividades más completas, como el Pasaporte Animalia, donde los mayores de 6 años verán de cerca a los animales en compañía de los cuidadores, el encuentro con los pingüinos, la emocionante noche entre tiburones o la visita al otro lado del acuario con acceso a zonas normalmente restringidas al público. Nosotros, por la edad de las niñas, nos limitamos a la visita estándar, que ya de por sí, merece la pena. Como dato práctico, aunque hay restaurantes dentro, es recomendable o bien llevar comida y sentarse en cualquier sitio a la sombra a comer, o bien salir del recinto y comer fuera (hay un centro comercial frente al Umbracle, con restaurantes para todos los gustos), ya que te dejan salir y volver a entrar, pasando por el punto de información donde te darán una pulserita.
Para rematar la tarde, un plan perfecto es recorrer lo parques y jardines del antiguo cauce del Turia. Especialmente recomendable es el Parque Gulliver, que representa una escultura monumental del Gulliver de Jonathan Swift de 70 m.,en el momento en que llega al reino de Liliput, donde sus habitantes lo atan al suelo. Y así, tumbado, nos lo encontramos, de forma que por un rato nos convertimos en liliputienses que pueden recorrer su cuerpo y deslizarse por sus impresionantes rampas y toboganes. ¿No es una idea genial? Yo tenía muchas ganas de conocerlo, puesto que lo había visto en un ránking de los 10 parques infantiles del mundo a los que deberíamos ir (por Kids and Trips), ¡y es que ciertamente es muy original y divertido! Todos escalamos y nos tiramos por los toboganes una y otra vez, hasta que se nos hizo de noche 🙂
Y así acabamos nuestra visita relámpago a la ciudad. La noche la pasamos con vistas al mar, después de una cena con amigos en el Puerto de Sagunto, que nos regaló un precioso despertar al más puro estilo mediterráneo y, de allí, emprendimos nuestra ruta hasta Elche, de la que os hablaré otro día.
Que divertido las niñas tuvieron que pasárselo genial y vosotros mas de verlas felices. Precioso viaje
¡Gracias! Fue muy chulo, aunque breve, así que nos han quedado ganas de repetir.
Aprovechado el puente a tope ¡ Buenas recomendaciones para posible visita a Valencia .Gracias !
Y el sábado nos vemos !!
Sí, ¡nos vemos y conocemos prontito!
Muy buena recomendación que me guardo para el día que tenga la oportunidad de viajar a Valencia con mis 3 mosqueteros.
Saludos!
¡Gracias! Nosotros volveremos seguro.
En castellano y en catalán se dice Albufera y no Albufeira (que es una población portuguesa). Esta palabra tiene su origen en el árabe al-buhayra, marecito o mar pequeño. Nombre que le describe a la perfección si tenemos en cuenta que en su origen (con una extensión de unas 30.000 hectáreas) contenía, mayoritariamente, agua salada. Después de que en el SXIX se colocaran compuertas artificiales entre el mar y la Albufera con el objetivo de controlar el nivel del agua para el riego de los arrozales, el lago (actualmente ocupa unas 2.000 hectáreas) paso a ser de agua dulce.
Saludos
Gracias por la corrección. Se me escapó la “i”. Corregido 😉
Yo en ningún momento dudé de que se trataba de un error tipográfico.
¡Muac!
que chulada de parque infantil!!! Molan estas escapadillas… 🙂
¡Mola un montón! La verdad es que no me defraudó: toboganes gigantes, cuerdas para escalar, historias para contar y despertar la imaginación. Así da gusto.
Buen relato de la escapada!
Da gusto seguirte, siempre se aprende algo y se descubren lugares interesantes.
¡Que no decaigan las ganas de descubrir lugares interesantes!
¿Decaer las ganas? Eso nunca. Siempre con ganas de descubrir nuevos sitios. Para que luego nos los copiéis 😉
Valencia y L’Oceanogàfic son uno de mis viajes pendientes, pero tan embarazadísima como me encuentro ahora y hasta que la bichilla nazca y sea un poquito mayor sospecho que este viaje se me va a seguir resistiendo. ¡Y mira que tengo ganas de hacerlo!
¡Ya tendrás tiempo! Cuando tengas a tu peque podréis organizarlo 🙂
En otros foros de gastronomía y viajes he visto que la zona de la Albufera, (y no vayas a poner Albufeira por favor que todo el mundo sabe que no se dice así ni en castellano ni en catalán, que es que hay que ver [modo ironía-off] de Valencia es una pasada para los sentidos. Un paseo en barca y luego una paella de pato del propio humedal tiene que ser toda una experiencia. Aquí está el enlace, para futuras referencias: http://www.lacucharinamagica.com/2013/10/un-dia-en-la-albufera-de-valencia-de-la.html por si finalmente os animáis a repetir el viaje
Las fotos del Oceanográfico desprenden paz. Me entristece mucho pensar en los animales en cautividad, por muy bien cuidados que estén, pero no puedo negar que me emocioné hasta casi las lágrimas cuando ví por primera vez belugas en el aquario de Atlanta, así que me imagino que para las niñas tuvo que ser una experiencia de no poder cerrar la boca en todo el día. 🙂
Por cierto, de primeras me había parecido que el Gulliver estaba en pelotas, jajjajaja menos mal que has puesto la foto esa de la perspectiva general y ya he visto que las calzas son de un desconcertante color carne…jejeje
Ale, hacía mucho que no te comentaba en el blog, así que hoy me he enmendado 🙂
¡Un beso mamiblogger!
La visita los zoos y acuarios tiene siempre esa doble lectura… Cautividad y protección-recuperación. Siempre te dejan claro que una de las labores de todos estos sitios es recuperar animales que han sufrido algún daño y, por otra parte, dar a conocer la vida de los animales para amarlos y respetarlos. Me gusta quedarme con ese mensaje, aunque sea para auto convencerme y dejar mi conciencia tranquila…
¿Gulliver en pelotas? … Mmm: ¡mente calenturienta!
Maaadre mía, qué fina tenemos la piel para algunas cosas!! Y qué basta para otras, señoires y señoiras 🙂
Nada, muy agradable el viajecillo. Y me quedo loquer con eso de que sea inseguro pernoctar por la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Hay que tener cuidado con los científicos y artistas nocturnos…. sobre todo con los artistas, que hay muchos, jejejeje
Por lo visto la zona era regullera antes de construir la Ciudad de las Artes, y aunque ahora todo se ve como una zona de nueva creación, parece que algo queda… Pero vaya, que me cuesta entenderlo a mí también.
Está chulísimo, verdad? Yo estuve justo el fin de semana de antes con un poquito más de tiempo y pudimos visitar el Museo de las Ciencias, os lo recomiendo 100%, os cuento nuestro finde en mi blog.
Lo que no tuvimos tiempo es de visitar el parque Gulliver y es la tercera vez que me quedo con las ganas… En casa del herrero… je,je,je
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Yo voy a pasar un fin de semana en Valencia dentro de nada y me vienen genial tus entradas de planes con niños. Saludos
Muchas gracias, Valeria. Que lo disfrutéis! Valencia da para mucho con los peques 🙂
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