Después de nuestra última visita a Valencia nos habíamos quedado con las ganas de parar en la Albufera y de hacer un recorrido en barca con las niñas por la misma. Así que en nuestra ruta #conpeques de este verano hemos programado una parada en este parque natural tan bonito.
Nos alojamos en el Camping El Saler Valencia, un camping de segunda categoría, sin grandes servicios pero correcto, con la ventaja respecto a la vecina área de autocaravanas de disponer de piscina y parcelas sombreadas, lo cual se agradece mucho en los días de calor pues disfrutamos de un baño nada más llegar y también al día siguiente antes de salir, para irnos fresquitos 🙂
A la playa de El Saler se accede por un agradable sendero entre pinos y dunas. Es una playa bonita de arena fina y dorada, de aguas tranquilas y templadas, perfecta para que los peques jueguen y se bañen tranquilos y sin peligro. Allí pasamos un buen rato por la tarde.
Después nos fuimos al pueblo a coger un autobús -el de línea que viene de Valencia- y nos bajamos en el Mirador del Pujol, de donde salen la mayoría de las barcas. Aunque se pueden contratar recorridos con paella incluida, paseos al atardecer, en bici, etc, nosotros no teníamos una excursión reservada. Sin embargo, no tuvimos ningún problema para encontrar quien nos llevara, pues nada más acercarnos nos ofrecieron un paseo en barca por un precio razonable y sin tener que esperar estábamos ya sentados en la barca preparados para descubrir los paisajes, la flora y la fauna de la zona.
Las albuferas son lagunas litorales, separadas del mar por una franja de arena o tierra, pero comunicadas con él, de forma que entra el agua salada y crea un ecosistema propio muy interesante y bonito. El recorrido en barca -de unos 45 minutos- nos gustó mucho: pudimos ver peces saltarines y distintas aves acuáticas a las que llamábamos indistintamente «patos» por nuestra ignorancia animal, pero que incluyen cigüeñelas, garzas, garcetas, ánades, gaviotas… y varios tipos de patos.
Sin embargo, la reacción de nuestras peques fue variada: Irene contemplaba curiosa, Aitana se acomodó en la barca admirando el paisaje con su pose de sirena y Alba se relajó tanto que que quedó frita 🙂 Después del paseo, bien se puede quedar uno contemplando el paisaje en el mismo parador y esperar la preciosa puesta de sol.
Para mí siempre es relajante el contacto con espacios naturales, así que recomiendo esta actividad en familia que se compagina perfectamente con la visita a la ciudad de Valencia y a las playas de la zona.
Qué chulo! me doy cuenta que conozco muy poco de la península! Habrá que cambiar eso
! ?
Si es que os gustan las islas 😉 y sin embargo Valencia la tenéis relativamente cerquita. Pero vaya, que cuando vengáis a la península, prefiero que bajéis un poquito y lleguéis hasta Granada 🙂
Tienes mucha razón! ?Nos cuesta salir de las islas! Pero Granada sí la conozco! De hecho conozco casi todo el sur, per Valencia no lo he pisado nunca!
Lo más cercano, lo más desconocido…. Me encanta! Gracias por descubrinoslo 😉
¡De nada! La próxima vez que vayáis desde Granada a Cataluña, ya sabéis donde hacer una paradita. Beso.
Ya en casa te he podido leer. Me relajo leyéndote. Tengo que proponerte un plan NY.. besos
Oh, ¡qué nervios! Mañana me cuentas… Y gracias por pasar y comentar para ponerte al día 😉 Tanta playa…. ains.