Una de las ciudades más sorprendentes de Marruecos es la conocida como «la perla del norte»: Chefchauen o, más coloquialmente, Chauen, tomando la terminología francesa. Mientras que la mayoría de los circuitos turísticos por el país se centran en Marrakech, Fez o el desierto, este pequeño pueblo de las montañas del Rif os conquistará por su encanto particular. Además, aunque para nosotros fue el comienzo de nuestra ruta en autocaravana por Marruecos su ubicación en el norte del país, cercano a Tetúan y a poco más de dos horas del puerto de Tánger, lo convierte en un destino ideal para una escapada de unos días desde España.

Chefchauen
Hemos estado en dos ocasiones en Chauen, y en ambas ha sido nuestra primera parada tras entrar en el país por Tánger. Nos alojamos en el único camping del pueblo, modesto, pero económico, ubicado en la zona alta, a un paseo del centro. Sin embargo, otra opción es alojarse en un riad, una casa tradicional antigua rehabilitada y adaptada para alojar huéspedes, o un hotel. Los amigos que nos acompañaron se alojaron en el Auberge Casa Linda, a las afueras del pueblo y con un acceso un poco empinado, pero muy bonito y agradable.

Plaza Uta el-Hammam
¿Qué tiene Chefchauen de particular? Lo más llamativo son sus casas pintadas de azul, que esconden rincones únicos en cada callejuela y hacen que pasear por ellas sea un auténtico placer. Por otro lado, las dimensiones de su medina son más reducidas que las de otras ciudades, por lo que recorrerla no acarrea ninguna dificultad y puedes disfrutar de sus puestos de especias, comidas y artesanía sin tener miedo a perderte. Esto mismo hace que para ir con niños sea un destino ideal, pues puedes explorar sin agobios hasta llegar al centro de la vida del pueblo, la plaza Uta El-Hamman, donde se encuentran la Kasbah y la Gran Mezquita, conocida por su peculiar torre de planta octogonal (aunque no se puede visitar). Te puedes sentar en una de sus bonitas terrazas a tomar un zumo, un té o a comer.

Zumos recién hechos en Chauen
Y luego continuar callejeando hacia arriba, el barrio de los Lavaderos, el Rif Sebbanin, que es un punto de reunión de la gente de la zona, muy animado y concurrido.
Si tenéis más días para explorar la zona, podéis hacer senderismo por el Parque Nacional de Talassemtane, con sus bosques y cascadas, o visitar los pueblos de Kalaa o Akchour. Nosotros nos guardamos estos destinos pra la próxima ocasión 😉
¡Qué ganas de conocer Marruecos! Como siempre nos dejáis con los dientes largos
Besos
Nuria
¡Gracias Nuria! Un destino sugerente y muy cercano… Seguro que pronto encontráis la ocasión para ir.
El pueblo donde nació mi padre, y no he estado jamás…. Aunque tenía mis motivos creo que ya han perdido valor. Así que pronto habrá que planificar un viaje para reencontrarme con mis raices. ¡Tendré en cuenta lo de las riads!
Siempre me ha extrañado que no hubierais ido antes… Pero nunca es tarde. Por cierto, lo de las riads es válido para todo Marruecos: suelen ser muy bonitas por eso de ser casas antiguas tradicionales (aunque habrá de todo) y a precios asequibles.
¡Genial! Gracias por los consejos, guapa.
Es una ciudad preciosa, yo he estado varias veces y no me canso de verla. La verdad es que está planteada para el turista, pero si te sales de los lugares típicos es una preciosidad. Calderera! tenemos una visita pendiente a Marruecos, no lo olvides!
Claro, es que desde Tetuán era una excursión muy cercana. Por cierto, que Tetuán no lo hemos visto nunca…