La última parada de nuestro viaje en autocaravana por Marruecos de Semana Santa fue Assilah o Arcila, una ciudad situada al norte del país en la costa atlántica a unos 46 km al sur de Tánger. Tanto por sus dimensiones como por su distribución me parece un lugar ideal para ir con niños, puesto que -como otras ciudades costeras marroquíes- no se diferencia demasiado de algún pequeño pueblo costero andaluz. Al fin y al cabo, las mismas aguas bañan nuestras tierras y, no en vano, muchas de estas ciudades costeras fueron en algún momento ocupadas por portugueses o españoles, que construyeron murallas y torres, de las que aun hoy quedan restos. Su medina, por otro lado, no es nada caótica, más bien al contrario, nos pareció limpia y abarcable, con bonitas tiendas de artesanía. La parte nueva, construida durante el protectorado español, tiene amplias avenidas, plazas y un paseo marítimo. Se nota en esto que es un destino eminentemente turístico, con muchos bares y restaurantes con nombres españoles, cuya especialidad es el pescado. De hecho, en verano es un destino muy concurrido, cuando se convierte en sede de un Forum Cultural y de Festivales Internacionales.

Atardecer en Assilah
Llegamos a la ciudad desde Rabat de noche, nos quedamos en el aparcamiento vigilado que había junto al puerto, donde había bastantes autocaravanas y donde pagamos 40 Dh/noche. Es un sitio tranquilo, muy amplio, con unos servicios a la entrada y a pocos metros de una de las entradas a la medina y las calles llenas de bares.

Murales callejeros de Assilah
Le dedicamos una mañana a la medina, por la que paseamos tranquilamente, descubriendo entre sus casas blancas, verdes y azules las tiendas de artesanía y los murales que decoran sus calles obra de distintos artistas que ha ido pasando por allí (incluso hay alguno del granadino Niño de las Pinturas) y callejeando llegamos al camino de ronda de las murallas portuguesas, que lleva hasta el Mirador de Assilah, desde donde se tiene una preciosa panorámica del Atlántico y de la ciudad.

Mirador de Assilah
A la vuelta al puerto, nos ofrecieron transporte para llegar a la famosa Playa de las Cuevas, La verdad es que nos apetecía -y a las niñas más todavía- echar un rato de playa y despedir así el viaje. Si hubiéramos tenido coche o furgo, lo ideal habría sido haber ido con vehículo propio, pero con las autocaravanas era más complicado pues el acceso a la playa es por un camino de tierra lleno de baches. Y como éramos diez personas, lo que nos ofrecieron fue un traslado en carro. Toda una aventura, desde luego. Fue un paseo pintoresco y bastante movidito que nos permitió ver las partes menos turísticas de la ciudad, incluido un barrio de chabolas, con una bajada de vértigo a la playa que, sin duda, mereció la pena. Se trata de una amplia playa de arena fina, totalmente salvaje y preciosa. Atlántico puro.

Playa de las Cuevas, Assilah
Por todo esto, Assilah puede ser un buen destino para comenzar el acercamiento a Marruecos para aquellas familias que se muestren reticentes a viajar a este país por las diferencias culturales. En este sentido, Assilah no tiene el encanto de los pueblos de interior, más auténticos y menos turísticos, pero sin duda, su cuidada medina y sus preciosas playas constituyen un atractivo más que suficiente. ¿Os animáis?
Fotografía:Conpeques y Photoraised
Un pais lleno de contrastes sin duda…nosotros dsbimos en Marrakech en el 2009 con mi hijo de 8 años y ratifico lo q dices,sin problemas de ningun tipo…
Me ha gustado mucho esta ciudad no me importaria volver
Gracias, Mayte. A nosotros nos ha encantado las dos veces que hemos estado. Y volvería encantada de nuevo.
Me encanta este viaje!!! Besos
Qué pasada. Ayyy..Marruecos me llama….
Pues nena, cuando vayáis, avisad, por si nos apuntamos 😉 Marruecos me llama a mí también!